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Cierran conmemoraciones con Desfile del Día de Muertos

  • Partirá del Bosque de Chapultepec al Zócalo este 4 de noviembre


Javier Lether e Iván Moreno


Las celebraciones de los Santos Difuntos en la capital mexicana terminarán este sábado 4 de noviembre con el ya tradicional Desfile del Día de Muertos.


Esta fecha marca un hito en la tradición cultural mexicana ya que las calles de la Ciudad de México se llenan de color y conmemoración.


El desfile dará comienzo a las 14:00 horas y partirá desde la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec hacia el Zócalo, recorriendo las principales avenidas con su característica parafernalia de carros alegóricos, bailarines y figuras gigantes.


Esta edición contará con la participación de tres mil personas en 100 contingentes, conformados por nueve carros alegóricos, 83 comparsas y 12 empujables. Habrá un carro alegórico con Sonido La Changa, uno dedicado a José Guadalupe Posada, un contingente con La Maldita Vecindad; además de homenajes a boleristas, entre otros, de acuerdo con información de la Secretaría de Cultura capitalina.


Se estima que esta experiencia multisensorial tendrá una duración total de entre 4.5 y 5 horas, brindando a los participantes la oportunidad de sumergirse por completo en la esencia de la festividad


OFRENDA, ELEMENTO INFALTABLE


Uno de los elementos básicos en estas conmemoraciones en los hogares mexicanos es la ofrenda del Día de Muertos.


Con el objetivo de celebrar a los que ya no están con nosotros, la ofrenda contiene diferentes elementos destinados al goce y disfrute de los difuntos que, según la creencia popular, este 2 de noviembre vienen a visitarnos desde el más allá y esperan ser recibidos con algarabía y la comida y bebida que disfrutaron en vida.


La ofrenda contempla diferentes elementos:

  • Aromas: suele ponerse incienso o, particularmente aquí en México, copal, que con su humo purifica la ofrenda.

  • Papel picado: los aztecas utilizaban papel amate, para representar el viento en los altares. El color amarillo y el morado empleados en el papel picado representan la pureza y el duelo respectivamente, muchas veces con diseños de José Guadalupe Posadas, creador de la famosísima Catrina.

  • Fuego: casi siempre representado con veladoras, sirven para alumbrar el camino del difunto.

  • Camino de flores: igual que la luz de las veladoras, el camino de flores (regularmente cempasúchil) guía al muerto hasta la suculenta ofrenda.

  • Agua: los mayas creían que los cenotes eran puertas al inframundo. El agua simboliza ésta entrada al inframundo y al mismo tiempo está destinada a calmar la sed del difunto.

  • Tierra: representada regularmente con flores, también suelen añadirse elementos como semillas o frutas, cómo el maíz o el cacao.

  • Calaveras: pueden ser de azúcar, chocolate, yeso o hasta de amaranto. Su origen puede relacionarse con el Tzompantli (altar en forma de bastidor donde se montaban ante la vista pública un conjunto de cráneos con el fin de honrar a los dioses. Es una estructura que se cree que derivaba de la práctica entre los antiguos mesoamericanos de decapitar a las víctimas de los sacrificios humanos y conservar sus cráneos en una especie de empalizada de madera para su exhibición pública), son una burla a la muerte.

  • Comida: debe ser la preferida por el muerto en vida. En México es común el pozole (que en épocas prehispánicas estaba destinado solo a la clase sacerdotal y se preparaba con carne humana), los tamales, el mole y los tacos. También aquí podemos encontrar el infaltable pan de muerto, que con su inconfundible forma, representa los huesos de los fallecidos.

  • Bebidas alcohólicas: también las del agrado del difunto. Suele ser tequila, mezcal, rompope, pulque o incluso bebidas sin alcohol, cómo el chocolate.

  • Objetos personales: se añaden fotos y objetos del difunto como ropa, relojes o incluso algo relacionado a su oficio o preferencias personales en vida.

  • Flor de cempasúchil: para los antiguos aztecas simbolizaba el sol y es la flor más representativa de éste festejo. Es un símbolo tan poderoso en ésta tradición, que una ofrenda sin ella podría considerarse incompleta.

  • Cruz: con el sincretismo de las ideas prehispánicas y el catolicismo, éste elemento es una obligación en toda ofrenda. Suele acompañarse de rosarios e imágenes religiosas.

Estos son, a grandes rasgos, los elementos generales dentro de la tradicional ofrenda mexicana de Día de Muertos. Por supuesto en la actualidad se han sumado elementos contemporáneos como los refrescos, cigarros o veladoras de luz led en vez de las tradicionales.


Sin embargo la raíz y motivo de estas fiestas se pierden en lo prehispánico y son parte del inconsciente colectivo del mexicano. Hoy diablos, brujas y catrinas inundan avenidas, parques y transporte público creando un ambiente surreal y onírico que, para cualquier extranjero, resultaría estrambótico o estrafalario.



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