Se desata tercera huelga en contra de la reforma de pensiones en Francia
Los sindicatos han desatado una tercera jornada de huelga en contra del presidente Emmanuel Macro, por imponer la nueva reforma de pensiones.

Erick García
El transporte público, las escuelas y los suministros de las refinerías en Francia se vieron afectados este martes, debido que los sindicatos han desatado una tercera huelga en contra del presidente Emmanuel Macro, por el motivo que ha impuesto de trabajar más para jubilarse.
Las movilizaciones multisectoriales del martes se producen un día después de que el proyecto de ley de reforma a las pensiones comenzó su accidentado paso por el Parlamento, y son una prueba a la capacidad de Macron para realizar cambios sin una mayoría operativa en la Asamblea Nacional.
El gobierno ha mencionado que ahora se debe trabajar hasta los 66 años de edad para poderse jubilar, ya que anteriormente se trabajaba hasta los 64 años y así poder gozar uno de los sistemas de pensiones más generosos del mundo industrializado.
Según sondeos, el nivel de francés jubilados va en aumento, que a el resto de los ciudadanos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Entre los asistentes al comienzo de dicha huelga estuvieron os líderes sindicales Philippe Martínez, de la Confederación General del Trabajo (CGT), de izquierda dura, y Laurent Berger, de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT).
“Esta reforma pondrá patas arriba la vida de varias generaciones. Si el Gobierno se obstina en seguir adelante, intensificaremos nuestra protesta con acciones más largas y más duras", declaró Martínez.
Berger, cuyo sindicato adopta tradicionalmente una postura más conciliadora, rechazó los beneficios ofrecidos por el Gobierno, como el aumento de las pensiones más bajas.
"Estas concesiones son sólo parches. Aumentar la jubilación legal a los 64 años es el núcleo de esta reforma y es profundamente injusta. Es una insensatez democrática que el gobierno haga oídos sordos a la protesta", afirmó.
"Estamos agotados por el trabajo", dijo Bernard Chevalier, pensionista, en una protesta en Niza, ciudad de la Costa Azul. "La jubilación debería ser una segunda vida, no una sala de espera para la muerte", comento.
El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, rechazó las acusaciones de la oposición de que el Gobierno negaba la magnitud de las protestas públicas y dijo que era necesario un cambio.
"El sistema de pensiones es deficitario y si nos importa el sistema, debemos salvarlo", declaró el ministro a la radio RMC.
Como beneficio a la reforma se espera que para el año 2030, exista un ahorro bruto de más de 17,000 millones de euros (18,000 millones de dólares), indico el gobierno. Sin embargo, los Sindicatos y opositores de izquierda afirman que el dinero puede encontrarse en otra parte, sobre todo entre los ricos, y que hay que proteger a los trabajadores.