Museo del Juguete
Tamara Silva
En la Ciudad de México existen espacios donde cualquier desmemoriado o muy nostálgico puede reencontrarse con parte de su historia.
Uno de ellos es el Museo del Juguete Antiguo México (MUJAM), edificio de cinco pisos en la colonia Doctores, Alcaldía Cuauhtémoc, que además de estar tapizado por murales de artistas urbanos, lo está de juguetes que van del siglo XIX al XX.
A pesar de ser de diferentes años, todos los objetos que aquí se albergan tienen algo en común: una carga emocional que detona, en quienes los ven, recuerdos de sus años de infancia. ¡Un viaje al pasado con boleto de ida y vuelta!
Este espacio es fruto de la colección de Roberto Shimizu, quien desde los 10 años de edad empezó a guardar objetos en los que él veía un valor especial, Así, en el año 2006 inauguró el Museo del Juguete Antiguo México, o MUJAM como algunos lo conocen.
Actualmente el recinto expone cerca de 45 mil artículos; aunque la colección completa es mucho más grande. Está dividido en nueve secciones dedicadas a personajes emblemáticos de la cultura popular como Cantinflas, Barbie, Snoopy, señorita Lili y King Kong. También hay secciones enfocadas al México del 68, la lucha libre y al llamado “arte feo”.
Dentro de los artículos más sorprendentes que verás se encuentra la máscara y capa original de El Santo, el enmascarado de plata, artículos deportivos, dulces antiguos, bisutería, (incluyendo los anillos de plástico que fueron muy famosos en la década de los 90), cámaras de televisión y corcholatas en las que venía impresa la Lotería Mexicana.
Una característica de la colección es que no tiene fichas de explicación. Y no es falta de ganas de su fundador. Lo que pasa es que todos los juguetes que se encuentran en el museo tienen mucho contenido emocional. Basta con que se miren para que se dé santo y seña de ellos. O bien, será suficiente para el visitante escuchar a la gente a su alrededor que, sin pena alguna, comparte sus historias que los juguetes les traen a su mente.
La importancia de la colección del MUJAM –por cierto, la más grande del mundo– es que se trata de un archivo histórico en objetos. Se dice que representa el alma tangible de una nación. En otras palabras: estos archivos y esta colección se consideran enciclopédicos.
El objetivo del museo es rescatar el patrimonio cultural por medio de la preservación de los juguetes que dieron identidad a la cotidianidad de la niñez mexicana.
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