Merrie Melodies Presenta: Tiranías de Ayer & Hoy
- Iván Vargas
- 20 jun
- 2 Min. de lectura
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El populismo y la ignorancia son una receta terrible para las masas. La concentración de poder absoluto es un peligro que hemos pagado con un alto costo humano a través de la historia, desde Sargón de Acad en Mesopotamia, hasta Adolfo Hitler y el tristemente célebre Tercer Reich, pasando por Dionisio I de Siracusa en Grecia, Nerón o Calígula en Roma,
Gengis Khan en el Imperio Mongol (que incluso diezmo la población mundial) o Napoleón Bonaparte en Francia por citar algunos nombres.

El control absoluto de una minoría sobre las multitudes es un cuento tan viejo como la humanidad y sin embargo parece un ciclo infinito del que no aprendemos. El origen de la riqueza de muchas de las familias más encumbrados en el mundo de hoy se puede rastrear hasta la más remota antigüedad.
La movilidad social ha sido un mito para la mayoría de las 'civilizaciones' y la rotación de poder representa una anomalía en el sistema, no una constante o un fin.
Dicho esto es innegable que los contrapesos resultan una necesidad primaria para cualquier sociedad que se jacte de buscar la equidad, la justicia o el progreso simultáneo de todos aquellos que la componen.

La maravillosa y vertiginosa diversidad humana siempre ha garantizado el conflicto. Por eso cuando una voz se alza por encima de todos enmudeciendo las demás, se perpetra la tiranía. Si no es posible diferir del discurso predominante, la libertad se vuelve una ilusoria sensación de cobijo sin respaldo real, una pancarta vacía, un panfleto sin lenguaje ni sustancia.
Todos los mencionados tiranos o dictadores han recurrido a métodos similares para hacerse con el poder: intrigas, conspiraciones, alianzas, traiciones, asesinatos, todo con el fin de eliminar cualquier tipo de competencia o disidente que ose ir en contra del régimen en turno.

Nuestro país vio un cínico y vergonzoso ejemplo de esto con la evangelización de los
otrora corruptos, rateros e impresentables Yunes, que han sido bautizado y redimidos
en las purificadoras y celestiales aguas morenas que borran el pecado del mundo,
esas mismas que los señalaban de pederastia. Bartlett es quizá el primer y más
célebre personaje que sufrió esta evangelización.
Paso de ser acusado por el régimen y sobre todo por su líder (que incluso escribió un libro sobre el tema) como uno de los más corruptos funcionarios involucrados en el escándalo del Fobaproa, ha sentarse a la derecha del padre en todas las mañaneras del sexenio pasado. Todo en pro del poder, claro.

Es decir, estos métodos no son nuevos. La destrucción de instituciones que puedan poner en tela de juicio lo que se dice o manda desde la silla presidencial es otra forma de acabar con las opiniones contrarias y la oposición.
Hoy, ante la narcosangrienta realidad de violaciones, desaparecidos, extorsiones, secuestros y asesinatos en nuestro país, nuestra apática (casi nula) participación ciudadana fomenta el arraigo del absolutismo sin que esto parezca alarmarle a nadie. Ver repetirse la historia como un ciclo infinito de abusos y escupitajos de arriba hacia abajo es descorazonador.
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