Grupos vulnerables: Pueblos originarios
Fátima Jordan
Dominka Medina Ramírez, originaria de San Juan Copala, Oaxaca, vino a vivir a la Ciudad de México debido a la falta de oportunidades para obtener recursos y poder desarrollarse.
La mujer, miembro de la comunidad triqui, es una de los más de 23 millones de indígenas que existen en México, es decir, el 15 por ciento de la población nacional. En el país hay 68 grupos étnicos, uno de ellos son los triqui que están asentados en la Mixteca oaxaqueña.
Lo pueblos originarios son uno de los grupos minoritarios más afectados en el país por la violación a sus derechos humanos, discriminación y falta de oportunidades laborales y educativas.
Dominka es artesana de telar de cintura y comerciante de productos bordados a mano, pero en su pueblo no lograba obtener recursos con su trabajo por lo que tuvo que migrar a CDMX en la búsqueda de una mejor. vida
De acuerdo con un estudio de la Comisión Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social (CONEVAL) el porcentaje de pobreza en los pueblos indígenas alcanza el 80 por ciento y de ese número, el 39 por ciento vive en pobreza extrema en las zonas rurales más apartadas del país.
Lo anterior provoca qué muchos de los integrantes de los pueblos originarios dejen sus comunidades para migrar a la Ciudad de México y emplearse en la venta de productos hechos a mano, en mercados y tianguis, en el rubro de la construcción o como empleadas domésticas.
Dominka, de 53 años, es viuda y no tiene hijos. Sin ningún otro apoyo más que el de su trabajo, la mujer ha tenido que abrirse paso sola en la capital, en donde ha tenido que lidiar con problemas como las pocas ventas que tiene y que afecta su economía.
La oaxaqueña asegura que las oportunidades como persona indígena en nuestro país son limitadas debido a la falta de educación y de habilidades. Ella solo pudo estudiar hasta el 4º grado de educación básica y habla el español con dificultad ya que su lengua materna es el triqui, perteneciente a la familia lingüística oto-mangue.
Esta lengua está en riesgo de desaparecer ya que actualmente solo hay menos de 30 mil personas que la hablan en cuatro municipios de Oaxaca.
De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), encargado de defender y estudiar principalmente a los grupos étnicos que persisten en el país, los pueblos originarios presentan carencias sociales, desde las más básicas y hasta para adquirir bienes y servicios gratuitos.
“Me acostumbré a vivir en la capital, pero quiero llegar a morir en mi pueblo natal” afirmó Dominka, quien añora y no pierde la esperanza de un día regresar a su pueblo natal.
Su lugar de trabajo se encuentra localizado en la calle López No. 23, colonia Centro de la CDMX, donde esta mujer artesana atiende a los clientes con gusto.
Dominka Medina Ramírez, originaria de San Juan Copala, Oaxaca, vende sus artesanías en la calle López No. 23, colonia Centro de la CDMX. FOTOS: Fátima Jordan
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