Reloj Otomano: Un Símbolo De Amistad Para Dos Culturas
- Fátima Jordan
- 28 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 abr
En el cruce de las calles de Bolívar y Venustiano Carranza, se encuentra este monumento que recuerda la amistad de México por la entonces comunidad otomana, hoy la libanesa.

A más de cien años, el Reloj Otomano sigue marcando el tiempo entre la amistad del pueblo libanés y el mexicano.
Ubicado en la esquina en que forman la calle de Bolívar y Venustiano Carranza el pueblo turco obsequio el reloj en vísperas del Centenario de la Independencia de México, como símbolo de aprecio, agradecimiento y festejo por el acontecimiento.
A finales del siglo XIX llegaron, principalmente en la ciudad de México, los primeros inmigrantes libaneses, turcos y sirios que decidieron escapar del Imperio Otomano. La mayoría de los recién desembarcados se dedicaron a emprender diferentes negocios, principalmente en la industria textil.

Hoy en día, La Plaza de la Ranita, es otro de los nombres con los que se conoce a la plaza, hace referencia al monumento más destacado del lugar, se observa sobre el verdor de un arbusto una escultura en bronce de una ranita que toca un laúd.
El reloj, está conformado por cuatro carátulas de bronce de las cuales dos marcan los números arábigos y las otras dos en números romanos. En la cima se observan tres campanas doradas y se incluyen las banderas de los tres países; el escudo nacional mexicano, la media luna de Turquía y el cedro de Líbano.
Las embajadas de Turquía y Líbano restauraron el reloj en 2010. Fue el bicentenario de la Independencia de México.
Los mariachis adoptaron a la ranita como punto de reunión, quizás por la relación que encuentran con el hecho de represente tocando un instrumento musical. De igual forma, los boleros asisten cada año en 15 de septiembre a pedirle a la misma escultura buena suerte en su trabajo.
Ph: Kaled Gutiérrez
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