El Balcón De La Calle Madero: La Historia De José De La Borda

• La calle Madero en el Centro Histórico resguarda más de una leyenda, sus grandes edificaciones nos cuentan cómo era antes de que muchos de nosotros naciéramos.

Si caminas por la calle Madero en el Centro Histórico, y levantas la vista, verás un balcón que sobresale del resto. Ese balcón tiene una historia muy curiosa que comienza hace más de 300 años, en la época de la colonia.

Un joven llamado José de la Borda llegó a México en 1716, cuando tenía solo 17 años.

Su hermano ya vivía en Taxco, donde tenía una mina llamada 'La Lajuela'. Ambos trabajaron juntos hasta que, por un accidente, el hermano murió y Borda heredó la mina. Gracias a eso, se volvió muy rico.

Después de la tragedia, José se mudó a la Ciudad de México con su esposa. Se instalaron en una enorme casa que ocupaba varias propiedades de las calles Madero (27, 29, 33) y Bolívar (24. 26).

Con tanto dinero, Borda quiso construir una mansión enorme, la más grande de la ciudad.

Compró toda la manzana wue abarcaba también, las calles de Motolinía y 16 de septiembre para levantar la famosa Casa Borda. Una de sus ideas era tener un balcón desde donde pudiera ver el Zócalo sin salir de su casa. Pero según se cuenta, también lo hizo porque era muy celoso y no dejaba salir a su esposa. Solo podía ver la calle desde ese balcón.

Al final, la gran mansión nunca se terminó como él la imaginó. Lo único que quedó fue ese balcón, que todavía se puede ver hoy en día si levantas la mirada mientras caminas por Madero.

Dice el imaginario colectivo que precisamente mando a hacer ese balcón por que su esposa le demandaba que 'No la sacaba a dar la vuelta a la esquina', y dicho sea de paso, a petición de la misma, le permita salir al balcón a rodear la esquina de Plateros y Bolivar, que la gente esperaba todas las tardes ese 'paseo' matinal como si fuese un espectáculo.

Texto: Christopher Gutiérrez Sandino