El Zócalo Se Ilumina Por Los 700 Años De México-Tenochtitlan

• Bajo el nombre de 'Memoria Luminosa. México-Tenochtitlan 700 años', esta experiencia audiovisual estará disponible durante las noches por un periodo de dos semanas.

La Ciudad de México inició la celebración de los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, con una proyección en el Zócalo, a través de un videomapping con la historia de la gran ciudad que ocupó lo que hoy es la capital del país, antes de la llegada de los españoles.

El atardecer caía sobre el Zócalo y, con él, la luz dorada iluminaba la plancha que fue, siglos atrás, el centro mismo del imperio mexica. 13 de Julio de 2025 y la Ciudad de México celebraba 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, en un evento donde la historia dejó de ser lejana para volverse presente..

La plaza principal de la ciudad se convirtió en un sitio ceremonial contemporáneo. Desde el 11 de julio, el espectáculo 'Memoria Luminosa', ofreció un recorrido audiovisual por siete siglos de historia.

Desde el día de su apertura, cientos de personas —habitantes, turistas, familias, estudiantes— ocuparon el Zócalo para mirar hacia las fachadas del Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, que dejaron de ser muros de piedra para transformarse en pantallas vivas.

Allí, con imágenes proyectadas, se relató la migración mexica desde Aztlán, en busca de la señal del águila posada sobre un nopal y devorando una serpiente.

El relato visual y auditivo hace su recorrido desde la fundación de Tenochtitlan sobre el lago, la llegada de los españoles, la resistencia indígena, y la transformación de la ciudad hasta llegar al México actual.

Luces, humo, sonido de caracoles y tambores, y una narración, que a pesar que no se escuchaba del todo bien, era firme en lengua náhuatl y español.

La multitud guardaba silencio, solo interrumpido por los murmullos de asombro. Algunos se emocionaban al ver el Lago de Texcoco recreado, cubriendo toda la plaza con proyecciones. Otros seguían atentos el surgimiento de los templos, las calzadas y canales, como si emergieran desde la tierra misma.

No faltaron los comentarios de enojo durante los pasajes que recordaban la caída de de Imperio Azteca, ni los aplausos al llegar a la parte final, cuando se proyectaba la frase: 'Tenochtitlan vive en nosotros'.

Alrededor de la plaza se colocaron esculturas temporales inspiradas en códices prehispánicos y puestos de lectura con materiales históricos y literarios. En uno de los costados, una exposición mostraba piezas arqueológicas y reproducciones de objetos cotidianos mexicas.

No se trató de un evento turístico más. Fue un reencuentro con el origen. Muchos asistentes llevaban vestimenta tradicional, tocados de plumas, o simplemente una bandera de México con la imagen del águila, como un símbolo que sigue vigente, otros más habían comprado los famosos penachos que vendían en la misma plancha.

La conmemoración no solo honró una fecha: reactivó la memoria de un pueblo. En pleno siglo XXI. México-Tenochtitlan volvió a alzarse, no con piedra ni cal, sino con luz, arte y dignidad.

Y todas noches hasta el 27 de julio el Zócalo se convierte en un espacio de memoria y orgullo histórico donde gracias a la tecnología nos enorgullece ser el ombligo de la luna.

Texto: Abril del Carmen Márquez Santos